En la cultura oriental el cultivo del bonsai es un símbolo de iluminación y paz. Su origen aún hoy está difuso en el tiempo. Los primeros ejemplares, llamados penjin, imitaban escenas de la naturaleza y, según se estima, fueron llevados desde China al Japón por monjes budistas, alrededor del siglo X.
La primera referencia escrita es la del poeta chino Gueng-Ming, que en el siglo IV (D.C.), que comenzó a cultivar crisantemos en macetas. Unos 200 años después, ya se veían grabados y pinturas en los que aparecían árboles en maceta.
En Japón el bonsai comenzó a ser trabajado como arte en el período Kamakura (Siglos XII a XIV), sostienen algunos estudiosos, en base a la existencia de algunos pergaminos que pertenecieron al monje Honen y que datan del siglo XII..
En el período Edo (1615-1867), los bonsai fueron separados en dos categorías: bonsai y bonkey y recién es en la dinastía Meiji (1868-1911), es en donde se lee por primera vez la palabra bonsai.
Ya en Japón, la primera exposición de este arte fue en el Año 9 del período Showa (1934). Recién en siglo XIX se establecieron los primeros principios estéticos fundamentando el arte (equilibrio, asimetría, etc.). Saburo Kato, Koide y Kobayashi, fueron los maestros creadores de las clasificaciones por forma que hoy se utilizan en todo el mundo. Ellos se basaron en los modelos naturales, notando que no todos los árboles crecían rectos, sino que el clima y los años modificaban la posición del tronco y las ramas. Esos modelos, conocidos como estilos, son hoy una orientación para el artista, que le dará su toque personal a una obra que está en permanente evolucióny que representa el drama de la vida.
Mucha gente cree que los bonsáis son delicados y difíciles de cuidado. En realidad, la única diferencia entre el bonsai y una planta en maceta es que, mientras que a la planta se le cambia a una maceta más grande cuando crece, al bonsai, se le regula el crecimiento a través de la poda de raíces y copa, volviéndose a plantar en el mismo recipiente.
La primera referencia escrita es la del poeta chino Gueng-Ming, que en el siglo IV (D.C.), que comenzó a cultivar crisantemos en macetas. Unos 200 años después, ya se veían grabados y pinturas en los que aparecían árboles en maceta.
En Japón el bonsai comenzó a ser trabajado como arte en el período Kamakura (Siglos XII a XIV), sostienen algunos estudiosos, en base a la existencia de algunos pergaminos que pertenecieron al monje Honen y que datan del siglo XII..
En el período Edo (1615-1867), los bonsai fueron separados en dos categorías: bonsai y bonkey y recién es en la dinastía Meiji (1868-1911), es en donde se lee por primera vez la palabra bonsai.
Ya en Japón, la primera exposición de este arte fue en el Año 9 del período Showa (1934). Recién en siglo XIX se establecieron los primeros principios estéticos fundamentando el arte (equilibrio, asimetría, etc.). Saburo Kato, Koide y Kobayashi, fueron los maestros creadores de las clasificaciones por forma que hoy se utilizan en todo el mundo. Ellos se basaron en los modelos naturales, notando que no todos los árboles crecían rectos, sino que el clima y los años modificaban la posición del tronco y las ramas. Esos modelos, conocidos como estilos, son hoy una orientación para el artista, que le dará su toque personal a una obra que está en permanente evolucióny que representa el drama de la vida.
Mucha gente cree que los bonsáis son delicados y difíciles de cuidado. En realidad, la única diferencia entre el bonsai y una planta en maceta es que, mientras que a la planta se le cambia a una maceta más grande cuando crece, al bonsai, se le regula el crecimiento a través de la poda de raíces y copa, volviéndose a plantar en el mismo recipiente.
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