Luz
• La luz es frecuente que les falte a las palmeras en interior. Si no tienen una buena iluminación, no crecerán y las hojas perderán brillo. Acércalas a una ventana.
• Los tubos fluorescentes cerca del follaje aportan luz y las paredes pintadas de blanco y los muebles claros también ayuda
Humedad
• La humedad dentro de las viviendas suele ser baja. Esto no es lo ideal para las plantas.
• Síntomas de sequedad: marchitarse, perder brillo y secarse las puntas.
• Pulveriza con agua o coloca un ladrillo o pequeña maceta invertida dentro de un recipiente bajo y ancho lleno de agua y encima la maceta con la palmera, sin que esté en contacto con el agua. Así, al evaporarse, proporciona humedad.
Riego
• El riego que necesita cada planta depende de diversos factores.
• En general, 1 ó 2 riegos a la semana en verano y en invierno cada 10 días.
• Más vale quedarse corto que pasarse.
• Asegúrate que drena perfectamente y que no se queda acumulada en el fondo el agua excedente porque esté el agujero taponado.
Fertilizante
Abonado
• Las palmeras en los interiores crecen poco y, por tanto, con pequeñas cantidades de abono es suficiente.
• Usa preferentemente fertilizantes de lenta liberación en vez de fertilizantes líquidos. Los primeros van soltando los minerales (Nitrógeno, Fósforo, Potasio, etc.) poco a poco, a lo largo de 3 meses (una aplicación en primavera y otra en otoño); los líquidos son de efecto rápido.
Otros consejos
• Se debe limpiar de vez en cuando el polvo que retienen las hojas con una esponja húmeda o con una manguera.
• Para que las palmeras crezcan lo más rápido posible habrá que transplantarlas a una maceta mayor cada 2 años o, incluso cada año, según la especie y si ha crecido mucho o poco.
• Es muy conveniente sacar las palmeras al exterior (jardín, terraza, patio...) cuando el tiempo lo permita. Siempre protegidas del sol directo y del viento.
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