La palmera pindó o ybá pitá (Syagrus romanzoffiana) es una planta de la familia de las arecáceas.
Origen: sur de Brasil, Paraguay, el noreste argentino, Bolivia y Uruguay.
Se planta hoy como ornamental, y se ha introducido a ese efecto en otras regiones subtropicales del mundo, siendo de uso habitual en urbanismo.
Tolera bien suelos relativamente pobres y temperaturas frescas.
Descripción: S. romanzoffiana es una palmera de hasta 25 m de altura, con estípite de color grisáceo y hasta 6 dm de diámetro basal.
Las hojas son palmas alternas, de 2 a 3 m, con el raquis típicamente caedizo, pinnadas, finamente divididas, con folíolos lanceolados de hasta 1 m de largo, que se insertan en el raquis en distintas filas y agrupamientos dando a la hoja un aspecto plumoso. Son persistentes, y deben arrancarse manualmente en los ejemplares destinados a decoración.
Produce inflorescencias intrafoliares muy ramificadas, protegidas por una espata leñosa y estriada, con flores blancas o amarillas, monoicas. Florece en verano y fructifica hacia finales de éste o comienzos del otoño.
El fruto es una drupa globosa, verde cuando inmadura y naranja o amarillo al madurar, de 1-2 cm de diámetro, conteniendo pulpa densa y muy fibrosa y una única semilla de color pardo; aparece en densos racimos. Se utiliza para la alimentación del ganado.
Hábitat y cultivo: S. romanzoffiana prefiere suelos bien drenados, ligeramente ácidos o neutros, ricos en nutrientes —en especial hierro y manganeso—, y mucho sol.
Requiere bastante humedad en época de crecimiento, y en invierno tolera medianamente bien las heladas si las temperaturas diurnas son templadas.
Es de crecimiento lento. Las semillas requieren calor y humedad para germinar, y el proceso de germinación insume 3 a 6 meses. Puede acelerarse recogiendo los frutos inmaduros y extrayendo la pulpa fibrosa de los mismos.
Es fácil de trasplantar y resistente, por lo que se prepara muchas veces para la introducción de ejemplares ya maduros en avenidas y otras superficies verdes.
Los nativos del noreste argentino y el Paraguay empleaban la decocción de raíces del pindó para provocar o estimular la menorrea, o como abortivo en grandes dosis.
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