viernes, 15 de marzo de 2013
El riego en el jardín
1. Para aprender a regar es necesaria mucha observación y aprender de los errores. Es la labor clave en jardinería. Aquí tienes muchos consejos.
2. No se debe regar con calendario o por sistema. Ejemplos: 2 veces por semana, 3 riegos al mes, etc.. La frecuencia depende de muchos factores que habrá que ir viendo en cada caso. A saber:
3. A pleno sol siempre hay que regar más que en sombra.
4. Si azotan vientos secos deshidratantes, más riego que si está la planta protegida de ellos.
5. Un suelo arenoso es más seco que uno arcilloso que tiene más capacidad para retener agua. Piensa en la arena de la playa como extremo de suelo arenoso y su escasa capacidad de retención: riego más frecuente.
6. Unos climas son más lluviosos que otros.
7. En maceta hay que regar bastante más que plantadas en el suelo.
8. Un ejemplar grande transpira más que uno pequeño. O si tiene abundantes hojas.
9. Las especies originarias de climas húmedos necesitan más agua que las de climas secos. Por ejemplo: las Hostas quieren más riego que un Geranio.
10. En primavera y verano, cuando están en plena actividad, el consumo es mayor que en invierno.
11. Las especies recién plantadas piden más agua porque tienen un sistema radicular poco desarrollado aún. También los esquejes y las recién trasplantadas no les puede faltar la humedad en tierra.
12. Cuando una planta está en floración necesita un aporte extra de agua.
13. Por tanto, conoce las necesidades de cada planta.
14. Toca la tierra, incluso escarbando un poco, y comprueba qué humedad presenta.
15. Riega antes que muestren los signos de marchitamiento.
16. La mejor agua es la de lluvia (siempre que no estés en una región contaminada de humus y polución).
17. La hora más indicada para regar es por la mañana temprano, cuando más temprano, mejor. Si no, al atardecer. Un riego automático con programador es la forma más cómoda de efectuarlo.
18. Evita regar durante las horas centrales del día, cuando más calor hace. Las razones son:
Se pierde más agua por evaporación.
El viento es mayor, con lo que hay más pérdidas por evaporación. Además, por la acción del viento, el riego es menos uniforme, es decir, que en unos sitios cae más agua que en otros.
Las gotas sobre hojas o flores en combinación con el sol tiene riesgos de que se produzcan daños por 'efecto lupa', originando pequeñas quemaduras.
19. El riego debe ser frecuente desde que se planta hasta que tiene unos 2 años. Después de este periodo la mayoría de especies ya se habrán establecido en la tierra y serán capaces de mantenerse con menos riegos o incluso con ninguno, sólo con el agua de lluvia.
20. Durante el primer año desde la plantación, el riego no debe descuidarse porque todavía las raíces no son profundas.
21. Si quieres que una planta crezca más rápido, riega y abona más. Por ejemplo: una palmera que deseas que cuanto antes desarrolle un tronco o un seto que quieres que cierre pronto.
22. No mojes las flores porque durarán menos.
23. No mojes las hojas por el ya mencionado riesgo de quemaduras por 'efecto lupa' con el sol; aparecen manchas por cal con aguas duras y son más proclives a la infección por hongos.
24. Menos aún mojes las hojas que tengan vellosidad: geranios zonales, petunias y crasas como Kalanchoes, plantas de interior como Saintpaulia, Begonia rex, Cuerno de alce...
25. Los riegos que des con manguera o regadera, dalos profundos, que cale hondo el agua. Es mejor que estar continuamente regando con pequeñas cantidades. Además el riego más espaciado favorece que se desarrollen raíces potentes hacia abajo.
26. Si no lo tienes claro, más vale no regar y cuando veas las primeras señales de marchitamiento, hazlo. Regla general: mejor quedarse corto con el agua que pasarse.
27. Cuidado con las tierras algo arcillosas que tardan en secarse. Quizás tengas que mejorar su drenaje.
28. Evita siempre los encharcamientos prolongados (varios días).
29. EL RIEGO EXCESIVO tiene varias consecuencias:
Las raíces se asfixian y se pudren al faltarles el oxígeno. En estas condiciones hongos del suelo y "rematan la faena".
Las raíces se desarrollen más superficialmente y por tanto, no profundizan buscando agua (para qué, si se la estamos dando nosotros). Este hecho (raíces superficiales) vuelve a los vegetales más sensibles en caso de sequía.
Arrastra nutrientes minerales en profundidad que se pierden del alcance de las raíces. El riego excesivo lava o lixivia nitrógeno, potasio, micronutrientes...
Salen más malas hierbas para aprovechar la abundancia de agua.
Estamos desperdiciando un bien escaso como es el agua.
jardin, riego, flores, orquìdeas
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