lunes, 5 de mayo de 2008

Enfermedades y Plagas del Bonsái (IV)



  • Oidio (o ceniza):Se trata de una enfermedad causada por un hongo.

  • Síntomas:En hoyas, brotes y botones de flores aparecen manchas con un aspecto harinoso blanquecino (de ahí el sobrenombre de “ceniza”). Si no se hace nada para evitarlo la mancha crece tomando un aspecto aterciopelado. La hoja se deforma y acaba secándose, en ocasiones acaba cubierta de unas granulaciones negras. En general el árbol pierde mucho vigor. Este hongo aparece cuando la temperatura es elevada y el ambiente está muy seco.

  • Remedios:Podar y quemar las ramas afectadas. Utilizar funguicidas sistémicos, siempre que la planta lo permita, y compuestos de azufre como prevención en primavera.

  • Mal blanco de las raíces:Se trata de una grave enfermedad causada por la aparición de hongo a través de picaduras de insectos o heridas de poda.

  • Síntomas:Las raíces se vuelven pardas y bajo la corteza se pueden apreciar placas blancas (el micelio del hongo) con tiras de color negro. La brotación se vuelve muy débil y las ramas acaban muriendo. En otoño pueden surgir setas de sombrero amarillo en la base del árbol con escamas pardas y láminas blancas.

  • Remedios:Utilizar funguicidas sistémicos desde los primeros síntomas pero con frecuencia suele ser inútil y la planta acaba muriendo.

  • Podredumbre:Las raíces y la base del árbol muestran podredumbre y heridas chancrosas que acabarán reduciendo drásticamente la masa de raíces. Las partes afectadas de podredumbre se vuelven marronosas con una textura esponjosa. El follaje pierde su color cayendo seguidamente; la planta se marchita con gran rapidez.

  • Remedios:Evitar que el agua encharque la tierra. Evitar heridas en la base del árbol. Utilizar funguicidas sistémicos y en caso de que todavía no se encuentre muy extendida podar las raíces afectadas. En cualquier caso al igual que antes es difícil de superar.


  • Royas:Se trata de una enfermedad causada por un hongo.

  • Síntomas:En primavera aparecen manchas amarillentas sobre la corteza de los brotes tiernos, también es frecuente la presencia de unos bultos de los que, al reventar, surge una materia anaranjada. Por la herida abierta manará abundante savia. Los brotes llegan a secarse y las ramas se acaban deformando.Sobre las hojas aparecerán multitud de manchas amarillas hasta que estas se sequen y se desprendan. En coníferas pueden aparecer pequeñas vesículas que revientan liberando un polvillo anaranjado para luego cicatrizar.

  • Remedios:Podar y quemar las partes afectadas. Pulverizar diversas en diversas ocasiones, con un intervalo de unas 2 semanas, utilizando funguicidas específicos. Se trata de un tratamiento delicado pues el funguicida puede acabar dañando la planta

  • Verticliosis:Enfermedad causada por un hongo que penetra en el árbol a través de lesiones.

  • Síntomas:Las hojas se doblan en su base mientras el limbo va amarilleando. Finalmente acaban arrugándose. Como consecuencia de esto la savia circula con dificultad y la planta pierde su vigor.

  • Remedios:Evitar exceso de abonos nitrogenados. Eliminar malas hierbas y hojas muertas. Pero sobretodo cuidar y proteger las heridas con pasta selladora. Una vez se ha producido el ataque utilizar funguicidas sistémicos.

  • Bacterias y virus: Aunque puede que no tan abundantes como en el reino animal, existen bacterias y virus que atacan a especies vegetales. Los síntomas son muy variados pero resultan comunes las malformaciones diversas y los crecimientos anormales (por ejemplo una enorme profusión de nuevos brotes en una rama concreta). Ante estas situaciones normalmente no queda más remedio que cortar la parte afectada, quemarla para evitar contagios y cruzar los dedos para que la infección no se repita en otra parte del árbol.

  • Miscelánea:Puede que no sean parásitos o enfermedades propiamente dichos pero no por ello dejan de ser un problema, en ocasiones grave, para nuestros bonsáis. Seguramente cada aficionado podría aportar varios apartados a esta lista fruto de su experiencia personal, pero hay unos cuantos bastante comunes que conviene tener en cuenta.

  • Caracoles y babosas:No habitan la planta en sí pero aprovechan las frescas horas nocturnas para abandonar sus escondrijos en busca de hojas y brotes tiernos de los que alimentarse. Sus daños son erráticos aunque pueden ser muy extensos si hemos de convivir con una colonia de caracoles importante. Existen productos químicos eficaces contra estos molestos visitantes en caso de que su número vuelva impracticable eliminarlos a mano, uno a uno, y también contamos con un remedio casero realmente curioso. Resulta sorprendente pero tanto caracoles como babosas son extraordinariamente aficionados a la cerveza, así que colocar algunos platos con cerveza todo a lo largo del jardín (una marca barata servirá; les gusta la cerveza pero su paladar no es demasiado exigente) es garantía de que a la mañana siguiente se encontrarán repletos de caracoles descansando tras una larga noche de libaciones. Después simplemente nos deshacemos de ellos y repetimos el proceso tantas noches como haga falta para disminuir el número de visitantes no deseados al jardín.

  • Pájaros:No presentan ningún problema en si mismos pues habitualmente poco les interesa la planta, e incluso en ocasiones son beneficiosos ya que eliminan insectos y parásitos como por ejemplo orugas, aunque en ocasiones pueden llegar a ser un verdadero fastidio. Pájaros como por ejemplo el mirlo revolverán completamente el musgo de las macetas en busca de lombrices y larvas. No daña en nada al bonsái pero resulta exasperante encontrarte cada mañana con el suelo cubierto de trozos de musgo que se suponía que debían estar en la maceta.Los gorriones, por poner un ejemplo, parecen sentir atracción por los brotes tiernos de algunas plantas lo que resulta un problema si da la casualidad de que se aficionan a los plantones recién salidos de semilla que uno está tratando de cultivar.Palomas, mirlos e incluso gaviotas se pasean alegremente entre los bonsáis sin hacerles demasiado caso buscando tal vez humedad e insectos, pero resultan un tanto torpes en el suelo y cuanto más grande sea el pájaro que se pasee entre la colección de bonsáis, más posibilidades hay de que algún tiesto aparezca volcado en el suelo. Y finalmente están los omnipresentes “regalitos” que antes de irse todos nos dejan alegremente para recordarnos su visita. No es que sean especialmente dañinos, a fin de cuentas de ellos se saca el abono a base de guano, pero resulta un engorro ir limpiando las macetas cada día.Cuando han llegado a convertirse en un problema conseguir que los pájaros busquen otro jardín en el que jugar es una tarea harto complicada en la que cada uno ha de usar su imaginación como buenamente pueda. Tiras de plástico de brillantes colores agitadas por el viento dan buenos resultados en ocasiones, en otras los aficionados han recurrido a una especie de fina red de pesca para recubrir el lugar. No hay una solución universal, ni universalmente buena.

  • Gatos:Los gatos raramente se interesarán por un bonsái, y serán capaces de caminar o saltar entre ellos sin el más mínimo contacto. De hecho, y como tributo a su agilidad, en una ocasión pude comprobar como dos de ellos se perseguían a toda carrera sobre un banco lleno de bonsáis de tamaño pequeño (mames y shohin) sin tan siquiera llegar a rozarlos mientras zigzagueaban entre los tiestos. Pero pobre del árbol que tenga una corteza al gusto de alguno de los mininos del vecindario. En cuanto encuentren al árbol adecuado no dejarán de afilarse las uñas en su corteza hasta que ésta se desprenda a tiras. En cuestión de minutos son capaces de destrozar el trabajo de un montón de años como el que no quiere la cosa mientras se liman las uñas. La mejor solución: NUNCA dejar que se acerquen a un bonsái


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